Como se publicó el 11 de noviembre de 2017 - Cartas al director, Ottawa Citizen
re: Artículo Algunos consejos sobre los retos de la escuela moderna- 6 de noviembre de 2017 por Mary Ellen Kot
Cómo deben evaluar las escuelas a los niños pequeños: http://ottawacitizen.com/opinion/letters/todays-letters-on-remembrance-day-lets-honour-the-war-dead-of-all-nations
Estimado editor,
Aunque estoy de acuerdo con la escritora Mary Ellen Kot en la importancia del diagnóstico precoz de los problemas de aprendizaje, sus sugerencias no están en contacto con la forma en que deben abordarse los niños y sus necesidades en 2017 y, por lo tanto, sus consejos son tan anticuados como el uso de la palabra "moderno" en lo que se refiere a la escolarización.
Las evaluaciones psicopedagógicas no son la clave para un diagnóstico precoz ni la primera intervención que deben realizar los padres, ya que estas evaluaciones son caras (ahora cuestan 2.500 dólares) y no identifican el origen de una dificultad, sino la dificultad en sí.
Cualquier problema de aprendizaje debe analizarse primero desde el punto de vista de los problemas orgánicos o funcionales, en particular los médicos: hábitos de alimentación y sueño, alergias, salud general, problemas sensoriales, visión y audición.
Una vez investigados estos aspectos con la ayuda de un optometrista, un audiólogo, un médico de familia, un pediatra y un terapeuta ocupacional, se pasa al siguiente nivel de investigación. Si todo funciona de forma óptima, se examina cómo procesa el cerebro la información sensorial.
Este segundo nivel de investigación se refiere a la capacidad de procesamiento de la información del niño. Aunque vea y oiga de forma óptima, una prueba de procesamiento auditivo central y una evaluación funcional de la visión identificarán cualquier problema con el procesamiento sensorial. Las evaluaciones del terapeuta ocupacional complementan este nivel de intervención.
Si se detecta algún problema en el primer o segundo nivel de evaluación, es probable que los resultados de una evaluación psicopedagógica estén sesgados, tengan un impacto negativo y no reflejen el verdadero potencial del niño o joven, ya que estas pruebas dependen en gran medida de protocolos de administración visuales y verbales.
El tercer nivel de intervención se refiere a los factores ambientales, como los factores de estrés en la vida familiar o el entorno escolar, ya que están relacionados con el bienestar social y emocional del niño y pueden provocarle ansiedad y mermar su capacidad de concentración. Los niños ansiosos e infelices no aprenden.
Sólo una vez completados todos estos niveles de intervención merece la pena investigar el potencial cognitivo, la capacidad de adaptación y el rendimiento académico de un alumno para determinar un diagnóstico.
El tiempo es esencial en la intervención precoz, pero también lo es la intervención adecuada.